Por Washington Cabello
(LA PAZ, Bolivia).- Al en ciernes dictador de este país, que tuvo que alzar vuelo y abandonar el gobierno, junto con la mayoría de sus secuases, le destrozaron la casa en Cochabamba y todas sus pertenencias, pues el pueblo oprimido por este farsante estaba hastiado de quien pretendía emular a sus colegas delincuentes de Cuba, Nicaragua y Venezuela, perpectuándose en el poder.
Como puede escuchar en el vídeo, los ciudadanos quedaron atonitos de con el lujo que vivía este delincuente, que pretende junto a sus colegas extranjeros pintar de democracia, el regimen que mantuvo por más de trece años.
La vivienda fue colmada de letreros, y entre los que se puede leer en el vídeo estan: «Asesino» e «hijo de puta”. Así escuchamos: «El excelentísimo tenía gimnasio», por un ciudadano que observa los destrosos.
Pero lo sorprendente son las imágenes, esta escoria tenía la que mostramos destacada, y para colmo una burla a las Sagradas Escrituras, con la imagen de la Última Cena, sustituída por los rostros de sus colegas Fidel Castro, Hugo Chávez y el mismo.
La gran cantidad de desmanes cometidos por el presidente de este país Evo Morales, que culminó con un fraude electoral el 20 de octubre, lo hizo renunciar, junto al vicepresidente, Álvaro García Linera, y a los presidentes de la Cámara de Diputados, Víctor Ezequiel Borda Belzu, y del Senado, Adriana Salvatierra Arriaza y otros, acorralado por las protestas, el informe de la OEA, que señala que en el sistema de transmisión de resultados hubo un “algoritmo” que funcionó mal y cambió los resultados, derivando los datos a un servidor externo no previsto y el llamado de el Ejército y la Policía.
El fraude que fue descubierto por la oposición y confirmado por la Organización de Estados Americanos (OEA), que da cuenta que se cometieron varias irregularidades.
Tras la huida de toda la banda, ciudadanos se encontraron con un hermano de Evo, viajando en compañía de un hijo, y lo fustigaron hasta pedir que lo bajaran del avión.
Se puede observar el sufrimiento del adoslecente, pues estos delincuentes solo piensan en saciarse, y no en las consecuencias de los niños.